Un chico triste que aparentaba ser muy serio, un día la conoció y dejó ver su verdadero yo.
Tan dulce como el chocolate relleno de caramelo.
Ella fue capaz de ver su alma, tan tierno y cariñoso.
Esa pícara muchacha no podía evitar provocar a su Carl para lograr sacar una y otra vez su dulzura.
Este dibujo es para ese ángel de mis sueños con el que he soñado tantas veces.
Mi lindo Carl.
No sólo su aspecto me recuerda al chocolate con caramelo, sobre todo por sus ojos color miel y el cabello castaño, también la ternura que me transmite jejeje.
Lo he coloreado con lápices de colores Koh I noor que son bastante buenos.
Ojalá os guste mucho juju.